Agricultura de Conservación, una práctica al servicio de los agricultores para la mejora del suelo
La Agricultura de Conservación, práctica basada en la supresión del laboreo, el mantenimiento de una cubierta vegetal y la rotación de cultivos, constituye una de las prácticas agrarias más efectivas para incrementar el contenido de materia orgánica de los suelos agrícolas.
Con el objetivo de ayudar a los agricultores y mejorar el estado de los suelos agrícolas se ha puesto en marcha el proyecto MOSOEX, que persigue el aumento de la materia orgánica mediante la realización de determinadas prácticas agrarias. Bajo la coordinación de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA), forman parte del mismo la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC-SV), la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), el Centro Superior de Investigación Científicas (CSIC), el Instituto Navarro de Tecnología e Infraestructuras Agroalimentarias (INTIA) y la empresa Solid Forest.
La Agricultura de Conservación es una de las agro-ciencias más estudiadas y con mayor desarrollo en el mundo. Su sencillez y complejidad se aúnan en tres principios básicos que fundamentan la obtención de beneficios económicos para el agricultor, ambientales en materia de mejora de recursos naturales (aire, agua, suelo), biodiversidad y lucha contra el cambio climático a través del incremento de la materia orgánica del suelo y la reducción de las emisiones de CO2, además de los beneficios sociales derivados del mantenimiento del empleo y población en el ámbito rural.
Dichos principios, sobre los que se fundamentan una implantación exitosa y unos beneficios reales sobre los ecosistemas agrarios, son los siguientes:
- Realizar la siembra sin remover el suelo. En la práctica se traduce en suprimir el laboreo, de manera que se mejore la integridad estructural del suelo y los restos vegetales queden sobre su superficie.
- Mantener una cobertura vegetal sobre el suelo durante todo el año. Esto se traduce en el mantenimiento de los rastrojos en cultivos herbáceos y en la siembra o conservación de cubiertas vegetales entre hileras de árboles en los cultivos leñosos. Al menos el 30% del suelo debe quedar cubierto tras la siembra, para protegerlo eficazmente contra la erosión. No obstante, son deseables coberturas mayores al 60% para tener un control casi total sobre este proceso de degradación del suelo
- Programar rotaciones o diversificación de cultivos en cultivos anuales. De esta forma, se controlan mejor plagas y enfermedades, rompiendo ciclos que se mantienen en monocultivos, además de incorporar cultivos que puedan mejorar la fertilidad natural del suelo y la biodiversidad.
El máximo exponente de la Agricultura de Conservación en cultivos anuales es la Siembra Directa, estando especialmente implantadas en España en cereales de invierno (cebada y trigo), cereales de primavera (maíz), leguminosas dentro de una rotación con cereales (guisante, veza) y oleaginosas (girasol). Por su parte, en cultivos leñosos es la Cubierta Vegetal la práctica más representativa de Agricultura de Conservación, destacando su implantación en los cultivos de olivar, cítricos y almendros.
Los efectos beneficiosos para el medio ambiente derivados de la Agricultura de Conservación han sido ampliamente estudiados y difundidos por la comunidad científica desde hace décadas. En particular, con los sistemas de Agricultura de Conservación se reduce en gran medida la erosión del suelo, más del 90% en el caso de Siembra Directa, lo que se traduce en una mejor calidad de las aguas superficiales debido a la reducción de los sedimentos, así como de la pérdida de herbicidas y nutrientes en solución y asociados al sedimento. Todo lo anterior representa en su conjunto una mejora muy importante de la calidad de las aguas superficiales.
Una de las cuestiones capitales que se tratan en el proyecto MOSOEX y en los que la Agricultura de Conservación es especialmente ventajosa respecto a otros sistemas de manejo, es en la capacidad que tiene para incrementar el contenido de materia orgánica en el suelo. Así pues, al dejar los restos de las cosechas en superficie, en Agricultura de Conservación induce a una dinámica de la materia orgánica análoga a la que se produce en los ecosistemas naturales; produciéndose un incremento de su contenido en el perfil de suelo. Además, una parte importante de esta materia orgánica humificada superficial, es incorporada hacia el interior del suelo por las lombrices, cuya población se ve muy favorecida por este tipo de sistema de manejo de suelos. Así pues, hay estudios han constatado incrementos en el contenido de materia orgánica en el suelo cercanos al 40%, tras más de 19 años de práctica de Siembra Directa, lo que supone un incremento anual del orden de 1 t de carbono orgánico por hectárea.
Por otra parte, gracias a los restos vegetales que quedan de forma permanente en el suelo se incrementa la biodiversidad, al favorecer las condiciones para el desarrollo de numerosas especies como pájaros, pequeños mamíferos, reptiles, invertebrados del suelo tales como lombrices o predadores de plagas.
Otros de los beneficios medioambientales que la Agricultura de Conservación tienen sobre los ecosistemas agrarios, es la reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, fruto de sus menores requerimientos energéticos que se dan debido a la supresión de las labores. Así pues, estudios realizados en España en parcelas en las que se implantó Siembra Directa, las emisiones de CO2 ligadas al consumo energético se redujeron de media de un 12% en un cultivo de trigo, un 26,3% en un cultivo de girasol y un 18,4% en un cultivo de leguminosa.
La Agricultura de Conservación no sólo constituye una alternativa sostenible y respetuosa con el medio ambiente, sino que además presenta mayor rentabilidad económica que la convencional. El laboreo requiere elevadas inversiones en adquisición y mantenimiento de maquinaria agrícola, combustible y mano de obra. Así, por ejemplo, con el sistema de no laboreo en el olivar y en cultivos anuales se ahorran unos 60-80 y 31,5 l ha-1 a-1 (gasoil) respectivamente. En términos generales, la Agricultura de Conservación reduce el consumo de energía y el trabajo que conllevan las operaciones propias del laboreo entre un 15-50%, e incrementa el rendimiento energético entre el 25% -100%.
A modo de conclusión, podemos decir que la presión que los condicionantes sociales, económicos y ambientales vienen ejerciendo sobre la agricultura durante los últimos años, es el origen de la creciente inquietud entre cada vez un mayor número de profesionales, que demandan un nuevo horizonte de alternativas tecnológicas. De entre ellas es quizás la Agricultura de Conservación, y en particular la Siembra Directa en cultivos herbáceos y las Cubiertas Vegetales en cultivos leñosos, las que mejor pueden aproximarse al ideal de compatibilizar altas producciones y sostenibilidad del sistema productivo.
El proyecto MOSOEX es un grupo operativo financiado en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020 por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural-FEADER y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación; al 80% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural - FEADER y al 20% por fondos de la Administración General del Estado, con un presupuesto total de 471.296,09 euros. El organismo responsable del contenido es el grupo operativo MOSOEX, y la autoridad de gestión es la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria (D.G.D. RIFA)
Financiáción del proyecto
El 12 de marzo de 2019 se publicó en el «Boletín Oficial del Estado» el extracto de la Resolución de 26 de febrero de 2019, del Fondo Español de Garantía Agraria, O. A. (FEGA) por la que se convocan ayudas para la concesión de subvenciones a la ejecución de proyectos de innovación de interés general por grupos operativos de la Asociación Europea para la Innovación en materia de productividad y sostenibilidad agrícolas (AEI-Agri), en el marco del Programa Nacional de Desarrollo Rural 2014-2020, para el año 2019. En base a dicha convocatoria el grupo operativo «MOSOEX» recibe una subvención de 471.296,09 € cofinanciada al 80% por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y al 20% por fondos de la Administración General del Estado.
Autoría:
- Óscar Veroz González (AEACSV)
- Manuel R. Gómez Ariza (AEACSV)
- Francisco M. Sánchez Ruiz (AEACSV)
- Emilio J. González Sánchez (Universidad de Córdoba)
- Rafaela M. Ordóñez Fernández (IFAPA)
- Rosa Mª. Carbonell Bojollo (IFAPA)
Enlaces de interés
Palabras clave
Agricultura de Conservación; Siembra Directa; Cubiertas Vegetales; Materia Orgánica; Carbono Orgánico; Cambio ClimáticoImágenes
Girasol en Siembra Directa.Imagen: AEACSV
Naranjos con Cubierta Vegetal. Imagen: AEACSV
Fecha de publicación:
26 de junio de 2020